La mayoría de las tecnologías presentes en las superbikes actuales —como el control de tracción, el ABS en curva o el control de deslizamiento— tienen sus raíces en MotoGP. Sin embargo, la Aprilia RSV4 Factory 1100 lleva esto a otro nivel al incorporar un sistema electrónico que adapta dinámicamente la moto según la ubicación en la pista, algo nunca antes visto en una moto de producción.
Este sistema, basado en GPS, permite que la electrónica de la RSV4 Factory 1100 ajuste parámetros como la entrega de potencia, el ABS, el control de tracción, el anti-wheelie y la suspensión electrónica, todo en tiempo real y de manera automática según el tramo del circuito en el que se encuentre la moto. En esencia, la configuración puede cambiar curva a curva sin intervención manual, ofreciendo una experiencia de pilotaje ultra personalizable.
Lo sorprendente es que esta tecnología proviene directamente de MotoGP. Sin embargo, a pesar de este nivel de sofisticación, la Aprilia RSV4 Factory 1100 no puede competir ni en MotoGP ni en el Mundial de Superbikes (WSBK). ¿Por qué? Su motor de 1.103 cc excede los límites de cilindrada establecidos por los reglamentos técnicos de ambas competiciones. En MotoGP, solo compiten prototipos desarrollados exclusivamente para la categoría; ninguna moto de producción está permitida. Y en el WSBK, el tope de cilindrada para motos de cuatro cilindros es de 1.000 cc.
En otras palabras, la RSV4 Factory 1100 tiene tecnología de MotoGP, pero no está permitida en MotoGP ni en otras competencias oficiales, lo que la convierte en una máquina de pista exclusiva para usuarios particulares o uso no competitivo.
Aun así, con sus 217 caballos de fuerza, una electrónica refinada al extremo y un diseño pensado para el alto rendimiento, esta Aprilia representa lo más cercano que un piloto civil puede experimentar al mundo de MotoGP… fuera de los reglamentos.
Galería de la Aprilia RSV4 Factory 110
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